jueves, 27 de mayo de 2010
Anécdotas de los comensales familiares.[Un día común]
Debo confesar. que cada vez que mi familia se reune pasan las cosas más singulares, únicas e inesperadas, que hacen un marco sensacional para recordarlo con una esbocada sonrisa.
Empezamos la reunión a eso de las 10am, estando los vernáculos hombres y las preocupadas mujeres, todos en la cocina saludando a 'la doña Carmen'; preguntandole de su salud y con la sorpresa de ver a la Sra de 90 y tantos años aún de pie, gritando, mandando, como si estuviera por los 50... Estan la hija mayor y la menor empezando la preparación de la comida, sudando la gota gorda, pelando verduras, sazonando los vegetales y aún que faltaba la carne, estas de por si empiezan quejandose de su pensión, del gobierno y de todo el que llegue... Mientras tanto los 2 hermanos, ofreciendose por ayudar solo se sientan a chismear, ¡tan parecidos como 'las llamas que llaman'!
Empieza el hermano mayor temiendole por la lengua, mientras que el menor se ríe y sigue la crítica... Estas conversaciones son como un círculo, que la Doña se queda sin oir y responde cuando la conversación está en otro tema y así los cuentos se repiten, una, dos y tres veces. Hasta que la mayor se alborota! '¡TIEMBLEN PUEBLO QUE LA MAYOR HASTA LA CORONILLA LLEGÓ!'
Al llegar los hijos de cada hermano, con la típica bendición a la abuela que esta que responde en estado de espera... Buscando que comer, mientras que las hermanas se sulfuran y empieza la pegadera en las manos. Más tarde, cuando la comida está lista los hijos se tornan meseros con ese 'Busca aquí, trae de allá, llévame esto, ve hacerme el mandado...' y no olvidemos a la Doña, que como típica abuela... Siempre que el pobre se sienta a comer, se termina la comida.
Se empieza a ver la casa como hormigas, todos sin nada que hacer y los mayores mandando por hacer, son tantos pendientes que hasta se pierden... Sale una de las hermanas pidiendo ayuda en la cocina, el primero que pase por alfrente, se vuelve la victima; el momento se hace interesante cuando es su hijo el que le toca y lo mandan a la preparación de cualquier sopa (de sobre, de instruciones por detrás) cómico es el momento cuando, de repente neófito se vuelve y se oye ese grito sarcástico que dice así: '¿¡Y cómo carajo pretendes tú preparar esa sopa sin agua!?' -Se han empezado los momentos para recordar.-
Sigue la tarde, y entre gritos, risas, la familia se sienta a comer, el evangélico de la familia dice un discurso de menos de un minuto porque el hambre no lo deja! Ese olor a buena comida y se oye a la abuela decir: 'Yo como porque tengo que comer, si por mi fuera no como. Aunque como me gusta esa sopa de leche, de arepa, mantequilla, leche hervida y hierbabuena' (esta leche, tiene que ser de una marca determinada, la que tiene la vaca mirando para la derecha porque si tiene dirección hacia la izquiera se pone agria muy rápido). -No se oyó respuesta-.
Las conversaciones de la comida se basan en que la abuela tiene un informante secreto de los sitios donde se encuentra la leche, azúcar, café, aceite, mantequilla y pone a sus hijos a dar brincos de la seca a la meca para la adquisición de estos productos, dándose cuenta que la información es falsa, ¡válgame Dios quien le diga lo contrario a esta Doña!... -Porque si no la gana, la empata.-
Al terminar este almuerzo tarde, se tira de tín marin quien lavará los platos, (obviamente, los meseros... Perdón, los hijos de los hermanos). Falta agregar, la Doña que de 'a poquiticos' tiene suficiente para alimentar a un quintento de perros...
Con los platos en el fregadero se oye el sonido de la guitarra del hermano mayor, mientras que todos se dejan llevar por el whiskey y un son de bolero, salen todos los hermanos y su madre, todos los nietos y primos, disfrutando de una bella comida entre familia.
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